Apollo 11.


Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins del Apolo 11.



Antes de que el astronauta estadounidense pisara la Luna y diera "un gran paso para la humanidad" el 20 de julio de 1969, la misión Apolo 11 estuvo a punto de fracasar.

"Un mes antes del despegue del Apolo 11 decidimos que teníamos la confianza suficiente para intentar descender en la superficie", contó Armstrong en mayo de 2012, tres meses antes de morir.

"Creía que teníamos 90% de posibilidades de volver sanos a la Tierra, pero solo 50% de aterrizar en un primer intento. Había muchas cosas desconocidas en ese descenso de la órbita a la superficie lunar que no se habían demostrado todavía", recordó entonces.

Pero a medida que Armstrong y Edwin "Buzz" Aldrin comenzaron a recorrer los 15 kilómetros para el descenso a la Luna, las posibilidades de no lograrlo empezaron a crecer.

Los audios del centro de control de la misión de la NASA son una prueba de cómo la tensión atravesaba cada palabra y, sobre todo, cada silencio.

Como dijo Armstrong en otra entrevista, los 13 minutos previos a tocar la superficie lunar fueron un "desenfreno de incógnitas".

Sin miedo. Si bien unas 400.000 personas estuvieron involucradas en el Proyecto Apolo de la NASA, solo un reducido equipo de entre 20 y 30 personas estaban en el centro de control en el momento histórico.

Uno de los datos más sorprendentes de ese selecto equipo es que la edad promedio de los controladores de vuelo era 27 años.

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"Si bien puede parecer extraño que una responsabilidad tan grande fuese volcada sobre un grupo de empleados nuevos que aún no habían salido de la universidad, su juventud fue mayormente considerada como un activo importante", explica Kevin Fong, presentador del podcast "13 minutos a la Luna" de la BBC.

"No es que no entendieran los riesgos", explicó el director de vuelo de Apolo, Gerry Griffin, a Fong. "Simplemente no tenían miedo".

Esa audacia y compromiso con la misión terminarían siendo cruciales para el éxito del Apolo 11.

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Como dijo ese día Gene Kranz, director de vuelo de la misión, a su equipo en el centro de control en Houston, Texas: "Estaremos aquí hasta que hayamos o bien alunizado, o bien abortado la misión, o la nave se haya estrellado".

Incomunicados:
Mientras la adrenalina crecía en la Tierra, a unos 400.000 kilómetros de distancia, el clima era relajado.

El módulo lunar o "Águila" con Armstrong y Aldrin a bordo ya se había desacoplado del módulo de comando o "Columbia", piloteado por Michael Collins y que se mantuvo girando alrededor de la Luna.

Durante la preparación para el descenso final, Armstrong incluso bromeó con que había un cierto ruido en sus auriculares que parecía "viento soplando entre los árboles".
Centro de control del Apolo 11.

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Los audios del centro de control son una prueba de cómo la tensión atravesó cada palabra y cada silencio.
Pero en cuanto Aldrin dio la orden de activar P-63, el programa que controlaría los momentos exactos en los cuales los motores se encenderían y por cuánto tiempo, los problemas empezaron.

Kranz contó sobre ese momento: "Las comunicaciones con la nave espacial son absolutamente horribles: nosotros no nos podemos comunicar con ellos, ellos no se pueden comunicar con nosotros".

El problema estaba en la llamada antena de alta ganancia, el enlace de radio que permitía al centro de control hablar con Armstrong y Aldrin, así como recibir datos de los sistemas del módulo lunar.

Y sin esa telemetría no podían aterrizar en la Luna.

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El equipo de telecomunicaciones entonces decidió cambiar la orientación de Águila para así mejorar la señal de la antena con la Tierra.

Mientras tanto, los controladores debían transmitirle toda la información a Collins, quien a su vez se lo comunicaba a Armstrong y Aldrin.

A pesar del caos y la información fragmentada, los astronautas recibieron la orden de encender el motor y comenzar el estrepitoso descenso hacia la superficie lunar.

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El guía de vuelo Steve Bales era uno de los jóvenes sentados en el centro de control de la misión Apolo 11 durante el momento histórico.
Demasiado rápido
Los problemas de comunicación se resolvieron, pero para el guía de vuelo, Steve Bales, los contratiempos recién empezaban.

"Estoy viendo mi monitor y estoy en grandes problemas, porque el vehículo está viajando hacia la Luna 20 pies por segundo (6 metros por segundo) más rápido de lo que debería", contó Bales recordando ese momento.

"Oh, por dios", pensó, "si crece otros 15 pies por segundo (4,5 m/s) tengo que abortar" la misión.

Es que llegar a los 35 pies por segundo (10,5 m/s) era indicador de que algo muy grave estaba pasando, probablemente con la computadora del módulo lunar.

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Además, corrían riesgo de pasarse del área de aterrizaje establecida.

Armstrong también se dio cuenta de que estaban yendo demasiado rápido.

Como explica Fong en el podcast, desde que la superficie lunar apareció en su ventana, el comandante había estado cronometrando "la aparición de puntos de referencia, cráteres y montañas", y comparando "con una lista de verificación que había preparado antes del lanzamiento".
Foto de la Tierra y la Luna tomada por los astronautas del Apolo 11.

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Un retrato de la superficie lunar y, de fondo, la Tierra, tomada hace medio siglo.
Bales finalmente dijo: "Lo vamos a lograr... creo".

La frase no suena muy reconfortante, pero no hubo tiempo para pensar más al respecto porque, en cuanto la velocidad se mantuvo dentro del límite de seguridad, otro problema apareció.

Código 1202
Para aterrizar en la Luna, la tripulación dependía casi por completo de la computadora a bordo.

Lo que entonces era el dispositivo más complejo y sofisticado a bordo de la nave espacial, tenía la capacidad de procesamiento y memoria de una calculadora de bolsillo.

De hecho, la pantalla y teclado de la computadora se asemejaban a una calculadora gigante.

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No obstante, "si se consideran las interconexiones, confiabilidad, resistencia y documentación, la computadora de guía Apolo es al menos tan impresionante como la PC en tu escritorio", escribió el profesor en aeronáutica y astronáutica del MIT David A. Mindell en el libro "Apolo digital".

"El software Apolo -agregó- es también un intrincado ballet producto del trabajo e ideas de muchas personas".
El módulo lunar Águila.

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Tras el dramático descenso, Armstrong y Aldrin pasaron 21 horas y 36 minutes en la superficie lunar.
En los hechos, esa rudimentaria pantalla solo podía mostrar una serie de números para arrojar información y ayudar a identificar problemas.

Cuando faltaban apenas 5 minutos para el alunizaje, un código apareció en la pantalla: "1202", o como lo leyó entonces Armstrong, "doce-cero-dos".

Fong, quien entrevistó a decenas de personas para el podcast, dice que todos coincidieron en que fue la primera y única vez en que el astronauta mostró estar urgido.

"En el control de la misión, nadie entendió lo que estaba sucediendo. ¿Estaba la computadora a punto de fallar? ¿Tendrían que abortar el aterrizaje? ¿Estaban en peligro las vidas de Armstrong y Aldrin?", narra Fong.

Bales consulta al equipo de apoyo sobre la extraña alarma que no sonó una sino cinco veces durante el descenso del Águila.

Tras unos eternos 15 segundos, finalmente la respuesta llegó: el código 1202 quería decir que la computadora estaba sobrecargada de tareas.
Neil Armstrong.

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Neil Armstrong mantuvo la calma incluso en las situaciones más estresantes.
Pero, como no era una computadora cualquiera, tampoco se colgó como lo haría una PC cualquiera.

La máquina había sido programada de tal forma que, en caso de estar sobrecargada, pasaba a priorizar las tareas críticas para la misión, como mantener al módulo volando a la velocidad y en la dirección correctas.

"Esta fue una característica de seguridad brillante diseñada por programadores del MIT", dice Fong, quien explica que parte del equipo en la Tierra pasó a ocuparse de las tareas que la computadora ya no podía procesar.

"Esta capacidad de compartir una tarea compleja entre personas y máquinas", afirma, "es emblemática de cómo la NASA operó durante el Proyecto Apolo y una razón clave de su éxito".

Rocas y combustible
Pero antes de aterrizar, todavía faltarían otros dos grandes problemas. El primero fue el lugar.

La computadora estaba guiando automáticamente al Águila a la zona de alunizaje, cuando Armstrong logró verla por la ventana: "Área bastante rocosa", dijo.

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El Apolo 11 partió rumbo a la Luna el 16 de julio de 1969.
La nave se estaba dirigiendo al Mar de la Tranquilidad, el punto elegido, pero sobre el cráter oeste, un agujero gigante de unos 30 metros de diámetro con rocas del tamaño de autos.

"No era para nada un buen lugar", recordó Armstrong en 2012. "Tomé el control manual y lo volé como un helicóptero en dirección oeste".

Su decisión tuvo una consecuencia inesperada: la nave comenzó a quemar combustible mucho más rápido de lo esperado.

"Saber cuánto combustible quedaba en los tanques del Águila estaba lejos de ser sencillo", cuenta Fong. "La cantidad de combustible consumido cambiaba segundo a segundo a medida que Armstrong aumentaba y disminuía el empuje del motor".
Nave rumbo a la Luna.El Apollo 11 partió a la luna el 16 de julio de 1699.
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Entonces desde control de misión, el controlador de vuelo Bob Carlton informó que restaban "120 segundos" de combustible. Luego, "60 segundos".

"Y aún no estamos ni cerca de la superficie", recordó Kranz.

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El módulo lunar aterrizó en el Mar de Tranquilidad el 20 de julio de 1969 a las 20:17:39 UT.
Apolo 11 en la Luna
"Durante todo el tiempo, Aldrin está haciendo su trabajo, que es estar calmado, ser claro, leer los números, ayudar a su comandante a saber que están en buena forma", dijo Paul Fjeld, historiador del Programa Apolo, a Fong.

"Sé, por haber hablado con él después, que lo que está pensando es: '¡Vamos, aterriza! ¡Aterriza! ¡Aterriza!'", agregó.

Entonces, entre medio de los números que va leyendo, Aldrin afirmó: "Estamos levantando un poco de polvo".

Armstrong se había quedado ya sin visibilidad por el polvo, cuando desde el control se escuchó un nuevo ultimátum por el combustible: "30 segundos".

Pasaron otros 12 segundos. "Luz de contacto", dijo Aldrin, refiriéndose a la luz azul en el tablero que indicaba que estaban a un metro de la superficie lunar y debían apagar el motor.

"Fueron 10 eternidades", contó luego Carlton. "Estuvimos a 18 segundos de abortar. Tuvimos suerte de lograrlo".

El módulo lunar aterrizó en el Mar de la Tranquilidad el 20 de julio de 1969 a las 20:17:39 UT.

Armstrong entonces dijo: "Houston, aquí base Tranquilidad: el Águila ha aterrizado".

El resto es historia.

Esta nota está basada en el programa "13 minutos a la Luna", conducido por Kevin Fong y producido por Andrew Luck-Baker. Puedes escucharlo (en inglés) en la página del Servicio Mundial de la BBC, en la BBC Sounds o en las principales plataformas de podcasts.


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Un esfuerzo titánico
Un esfuerzo titánico
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Un esfuerzo titánico
Aunque solo tres son los hombres que fueron y regresaron de la Luna, el programa Apolo de la NASA necesito de los conocimientos de más de 400.000 ingenieros, técnicos y científicos para poder materializarse.

Foto: NASA

Aislados del mundo. En cuarentena

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En cuarentena
Como medida de precaución Armstron, Aldrin y Collins tuvieron que permanecer aislados durante 3 semanas tras su épico viaje a la Luna.
Aislados del mundo. En cuarentena
Foto: NASA

Un mensaje en nombre de la humanidad
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Un mensaje en nombre de la humanidad
Aparte de la bandera americana los astronautas dejaron en la Luna cientos de objetos, entre ellos una placa conmemorativa en la que se podía leer: “Aquí hombres del planeta Tierra pusieron por primera vez un pie en la Luna en julio de 1969. Vinimos en son de paz representando a toda la humanidad”.
Un mensaje en nombre de la humanidad
Foto: NASA

La excusión a la Luna
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La excusión a la Luna
Armstrong y Aldrin permanecieron 22 horas en la Luna, de las cuales pasaron, exactamente 2 horas y 36 minutos en la superficie recorriéndola con sus propios pies.
La excusión a la Luna
Foto: NASA

Un trozo de Luna
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Un trozo de Luna
Durante la misión los astronautas recogieron aproximadamente 22 kilos de muestras de minerales lunares para analizar en la Tierra la composición de nuestro satélite natural.
Un trozo de Luna

El emblema de la misión
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El emblema de la misión
Siguiendo la tradición establecida por la tripulación de la Gemini V, la tripulación del Apolo 11 recibió la tarea de diseñar el parche de la misión, en la que se puede ver a un águila con una rama de olivo en las garras.
El emblema de la misión
Foto: NASA

En caso de accidente. Autógrafos por si algo salía mal
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Autógrafos por si algo salía mal
Antes de ser mundialmente famoso, Neil Armstrong no podía asumir el coste de un seguro de vida. Sin embargo se quiso asegurar de que su familia tuviera solvencia económica si algo salía mal. Fue por ello que tanto él como sus compañeros firmaron cientos de autógrafos que podían ser subastados en el caso de que la misión no finalizase satisfactoriamente.
En caso de accidente. Autógrafos por si algo salía mal

Aterrizaje límite
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Aterrizaje límite
En el momento en el que Armstrong y Aldrin aterrizaron en la Luna, el módulo lunar disponía de combustible para menos de un minuto de maniobras. Si descender les hubiera llevado tan solo unos segundos más, tendrían que haber abortado la misión.
Aterrizaje límite
Foto: NASA

Record de audiencia. Récord de audiencia
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Récord de audiencia
Nadie quiso perderse este momento histórico. Según las estimaciones, unos 600 millones de personas en directo, por televisión, la llegada del hombre a la Luna. 
Record de audiencia. Récord de audiencia

El Presidente Richar Nixon telefonea a Armstrong en la Luna. Un plan B
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Un plan B
El presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, tenía preparado un discurso alternativo en caso de que la misión Apolo 11 fracasara. Por suerte no tuvo que hacer uso del mismo. 
El Presidente Richar Nixon telefonea a Armstrong en la Luna. Un plan B
Foto: NASA

La luna huele a pólvora. La Luna huele a pólvora
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La Luna huele a pólvora
Armstrong y Aldrin describieron el olor del polvo lunar como el de “cenizas mojadas después de un incendio”. También se refirieron a este como "un olor a pólvora". La explicación puede deberse a que la humedad de sus trajes y el interior del módulo lunar pudo general algún tipo de reacción de combustión con los minerales del regolito de la Luna.
La luna huele a pólvora. La Luna huele a pólvora
Foto: NASA

https://www.nationalgeographic.com.es/llegada-del-hombre-a-la-luna/11-datos-curiosos-sobre-apolo-11-primer-mision-que-llego-a-luna_14367/11

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